Hoy, ayer, y mañana, los usuarios de dispositivos móviles
con IOS (iphone, ipad, ipod touch) y el resto, pero me centraré en los
primeros, hemos vivido con aplicaciones gratuitas desde sus comienzos.
Cuando vamos a la Appstore, nos pierde ir a “éxitos” y de
ahí a “Gratis” para ver qué podemos obtener sin gastar. Y obtenemos.
Más de lo que imaginamos. Algunas
aplicaciones son “demos” que si quieres la funcionalidad completa debes pasar
por caja y comprar la versión “Pro”, que suele ser la que lo lleva todo. Pero otros, son gratis del todo. Alguien ha pasado unas horas (o días) de su
vida desarrollando aquello para luego venir a regalárnoslo. ¿Así de fácil?. Me creo que un desarrollador, para darse a
conocer, ofrezca su primera aplicación gratuita. Lo puedo entender porque le facilita llegar a
más gente para que vea lo bien que hace su trabajo. Pero, empresas de más nombre que no sacan ni
una aplicación de pago y todas caen en esa sección de gratuitas me escama. ¿Os acordáis de cuando Whatsapp era de pago
en el iPhone?. Nuestros amigos con
Android nos refregaban que a ellos les había salido gratis y nosotros tuvimos
que abonar unos céntimos de euro por ella.
Pero luego vino gratis, y nos alegramos de ello como si se hubiese declarado
el final de una guerra. Pero no, me
parece que lo que había hecho era recién empezar. Pero mientras eso sucedía, y Whatsapp vendía
nuestros datos a terceros (de ahí que saliese gratis la aplicación) llegaban
otras que veían un filón y comenzaban a hacer lo mismo. Y nosotros adquiriendo sin dar un céntimo a
cambio más aplicaciones gratuitas que inundaban las pantallas de nuestros
dispositivos. ¿Pero solo pasa con las
gratuitas? Seguro que hay personas que
todo lo que tienen lo han adquirido pagando, para intentar evitar que trafiquen
con sus datos, pero no es lo gratuito lo que te lleva a que trafiquen, es la
intencionalidad de quién lo desarrolla. Muchos datos que sirven con fines de
ubicación, gustos, aficiones, ideologías, y muchas más cosas van vendiéndose a
nuestras espaldas con fines. Unos fines
que no nos quedan claros. ¿Quieren saber
cuándo y dónde me voy de vacaciones? ¿Para
qué? Bueno, no hay que pensar demasiado si, unos días antes de cuando “saben”
que te vas empiezas a recibir ofertas de paquetes vacacionales. Además, curiosamente suelen ser cercanos a
donde fuiste el año anterior. Y qué
curioso, pero como además sabían de tu “saldo”, recibes también ofertas de
empresas prestamistas que te “ayudarán” a pagar las vacaciones soñadas. Y suma y sigue. No sabes por qué, gracias a eso que conocen
de ti los anuncios se parecen más a lo que tú mismo buscarías. Y claro, esos anuncios dirigidos tan poco al
azar valen un precio. Y ese precio lo
ganan a tus espaldas, sin darte a ti nada a cambio más que una aplicación de
móvil mientras ellos con tus datos y los de tu vecino, y los de tu familiar, etc. Pero bueno, como es algo transparente, que no
vemos, parece que no nos importa. Pero
son nuestros datos. Es nuestra
intimidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar comentario. Lo valoraré.