Últimamente me seduce la idea de plantearme un futuro relacionado, en mayor o menor medida con el hacking ético. Básicamente porque ayudaría a conocer nuestras propias debilidades y qué poder hacer para estar más seguros. Vistos desde fuera, macOS e iOS parecen muy fuertes, pero no son perfectos. Les surgen complicaciones, fallos de programas de terceros, etc, que requieren saber cómo fortalecer un sistema, un comportamiento de usuario o una adquisición de configuraciones óptimas.
Ataques como el de las claves WIFI, o como el que afectaba a los procesadores Intel, o muchos otros, nos hacen ver que nuestro entorno está provisto de casi infinitos medios para que perdamos nuestras posesiones digitales, o incluso, nuestra propia vida víctimas de algún tipo de fraude o robo de identidad. Nadie está seguro, y tener dichas nociones de hacking podría hacernos más fuertes contra ese enemigo invisible que pulula por el exterior de nuestros hogares diariamente buscando en cuál colarse y qué conseguir.
Y, como en la informática el prueba/error está muy a la orden del día, a veces por casualidad nos sale a nosotros mismos hackear algo, casi sin haber querido, porque aquello tenía una vulnerabilidad y la hemos descubierto. Os cuento este caso concreto.
Yo, para eliminar programas que no tengo intención de volver a utilizar no me limito a echarlos a la papelera, porque estoy dejando configuraciones metidas dentro del sistema, que para muchas ocasiones está muy bien, pero no dejaría más que archivos que ya no necesito. Para ello, utilizo la aplicación AppCleaner, gratuita y útil. https://freemacsoft.net/appcleaner/ Esa utilidad, en el momento que le arrastras, como si a la papelera, una aplicación de la que quieres desprenderte, analiza el sistema en busca de archivos de opciones relacionados con ella. Bajé la semana pasada una versión shareware, de uso limitado, de un software para ripear dvd's protegidos. Como no eran muchos y me gusta que mi contenido esté disponible en iTunes digitalmente y la licencia de prueba me dejaba diez intentos, la fui utilizando hasta que se acabaron y ya me obligaba a pasar por caja para seguir realizando la misma acción. Fue entonces cuando se me ocurrió la idea, algo pícara, de lo siguiente. Realicé una copia de la App, en otra carpeta distinta de donde la tenía y abrí AppCleaner. Eché la aplicación original y la App me ofreció, como es su cometido, borrar todos los archivos de configuraciones, incluyendo la propia aplicación. Acepté, me fui a la ubicación donde había realizado la copia del ejecutable y lo lancé. De nuevo, diez ripeos para mi como si empezase de nuevo el periodo de demo. Eso hará que ya no tenga que pagar por esta aplicación. Esa vulnerabilidad, en cómo está diseñada la aplicación que eliminando dichos archivos la dejas de nuevo virgen ocurre muchas más veces de las que nos pensamos. Y seguro que, con otros programas de otras índoles haciendo el mismo uso de AppCleaner seríamos capaces de ahorrarnos pagar su precio. Llegar a más bajo nivel y tener que editar ficheros también lo había hecho en el pasado y bajo Windows, donde a veces conseguías extender periodos de prueba 99.999 días o similar. Si tenéis ganas de divertiros un poco os enseñará que, aquello que creemos cerrado y bien cerrado no lo está tanto, y por desgracia a veces tenemos nuestros ficheros importantes guardados bajo ello.
Saludos Manzaneros!
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